No fue un día normal. Se suponía que era una excursión de un día sorpresa, pero al final todos los sabíamos…
¡La bolera!. Estuvimos allí como dos horas, descubrí el talento oculto de mucha gente: jugar a los bolos. Es muy fácil decirlo, pero harcerlo… en cambio, hay algunas personas que para ellos es igual de fácil decirlo y hacerlo. Luego fuimos al parque a jugar a juegos cortos. Resumiendo, fue un día muy completo. Me encantó.
Marian M. (tropa)