Los árboles Laurelin y Telperion murieron porque los elfos, sus descendientes, estaban divididos, porque cada uno quería imponer su forma de ver la vida como algo que valiera para todo el mundo por igual.
Lo que nos enseña la historia de Aldarion es que todos somos necesarios para que un clan funcione bien, y que las diferencias no deberían enfrentarnos sino hacernos más fuertes.
No debemos dejar a nadie atrás: cada uno puede aportar al clan cualidades únicas de las que todos podemos aprender. Vayamos a donde vayamos, lo importante es tener claro nuestro objetivo y llegar todos juntos. Estamos en una etapa de nuestras vidas en la que tenemos que afrontar retos y responsabilidades cada vez mayores: se trata de apoyarnos unos en otros y ayudarnos a crecer para poder afrontar con tranquilidad los cambios que nos vienen.

Categorías: Rovers